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Deuda: tras el canje, 9 de cada 10 pesos vencen antes de septiembre, ¿cuáles son las alternativas?

Economía despejó los compromisos del primer trimestre y ganó tiempo para administrar el dólar y bajar la inflación, pero para los analistas persisten las dudas por el calendario electoral.

El canje de deuda con el que el Ministerio de Economía “cerró” el financiamiento del primer trimestre no despejó dudas para lo que vendrá después.

La montaña de vencimientos se pospuso por tres meses y la gran mayoría de los compromisos deberán renovarse antes de septiembre, en medio del calendario electoral, según distintos reportes de consultores privados. El 90% de las obligaciones se concentran ahora entre abril y ese mes.

El sector público apuntaló al canje de la semana pasada, que tuvo una aceptación del 67%. Según consultores, el sector privado rolleó entre 32 y 35% de la deuda en su poder que vencía en el primer trimestre. Economía destacó la participación de bancos como Santander, Galicia, Nuevo Banco de Santa Fe, Banco de San Juan y Macro.

LA MURALLA

“Queda claro que el Tesoro sigue enfrentándose a una pared en cuanto a plazos de emisión; en el segundo y tercer trimestre deberá encontrar algún mecanismo económico o político que le permita extender los plazos”, indicó la consultora Eco Go, de Marina Dal Poggetto.

La Secretaría de Finanzas redujo en dos tercios la carga de vencimientos del primer trimestre, que equivalía a 3% del PBI y cayó a 1%, según Equilibra. “Tras el canje, los vencimientos proyectados para el primer trimestre pasaron de $ 4,8 billones a $ 1,6 billones”, indicó la consultora. Lo definió como “un vaso de agua en el desierto”.

Economía ganó tiempo: en un trimestre que se anticipa escaso en ingreso de divisas y mientras intenta bajar la inflación, despejó un problema importante del tablero de luces amarillas o rojas.

Pero la incógnita se posa sobre la respuesta del sector privado. “Consideramos que este canje no resuelve el problema de fondo. En base a nuestra simulación de roll over, la ventana julio/septiembre se vería seriamente comprometida si persistiera la tendencia actual”, sostuvo Portfolio Personal.

S&P BAJÓ EL PULGAR

El viernes, la calificadora S&P agregó ruido al escenario, al rebajar la calificación de la deuda en moneda doméstica a Default Selectivo (SD). Argumentó que el canje ofreció “términos desfavorables” a los acreedores.

“Los vencimientos se están concentrando en los meses pre-electorales y es cada vez mayor la participación del sector privado en las tenencias de muy corto plazo, producto de que la adhesión a los canjes es casi total para el sector público pero acotada para privados”, indicó Equilibra. Según sus estimaciones, luego del último canje, el 98% de los vencimientos restantes del primer trimestre quedaron en manos privadas y esa proporción baja a 44% y 25%, respectivamente, en los próximos trimestres.

La deuda sigue topándose con una muralla en septiembre. De los $ 16,7 billones en vencimientos de 2023, hay $ 14,8 billones concentrados entre abril y ese mes, justo antes de las elecciones generales. Son casi 9 de cada 10 pesos. “El poco apetito privado por la deuda soberana en pesos significará una presión adicional sobre el mercado financiero/cambiario”, con impacto en la brecha, advirtió Equilibra.

“Estamos a la espera de nuevos canjes que continúen despejando los pagos”, dijo Paula Gándara, CIO de Adcap Asset Management. “El objetivo es inmunizar las licitaciones del Gobierno del ciclo electoral”, agregó.

INFLACIÓN Y/O DÓLAR

Los analistas también encienden algunas alarmas sobre los instrumentos que debe emitir Finanzas para obtener niveles de aceptación. “La deuda en bonos duales ya alcanza los u$s 30.000 millones”, afirmó Delphos. Son los títulos que indexan por inflación o tipo de cambio que ideó el equipo de Sergio Massa ni bien comenzó la gestión y que los bancos privados requieren para rollear deuda.

Portfolio Personal siguió la evolución de la deuda CER. “A fines de 2019, la indexación representaba el 54,9% de la deuda frente al 84,2% al cierre de este año”, indicó. Mientras la deuda en pesos se duplicó (como contracara, no hubo colocaciones en divisa), “la vida promedio (del bono) cayó de 2,8 a 2,25 años en 2022. También se observó “un aumento en las tasas que paga Finanzas para refinanciar los pagos”, aunque la tasa bajó en la última licitación.

El cóctel, sostuvo la Alyc, está atado al cepo cambiario, que restringe opciones de inversión y allana parte del camino al Tesoro. “En la medida en que el mercado considere que la salida del control de cambios torne inviable refinanciar estos vencimientos, la salud de los títulos públicos correrá riesgo”, afirmó.

 

Fuente El Cronista