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El sector energético sumó más de u$s 260 millones y “salvó” a la balanza comercial

Logró un superávit y su aporte de dólares fue fundamental para que el déficit general no fuera aún mayor. Qué se espera que ocurra hacia adelante.

El sector energético le dio una muy buena noticia al Gobierno, que busca desde hace tiempo la forma de mejorar el ingreso de dólares, y achicar la salida. El mes pasado la balanza del sector muestra que se volvieron a generar divisas netas en abril, con un aporte de u$s 91 millones. De este modo, en los primeros cuatro meses del año la ecuación fue positiva en u$s 265 millones.

Incluso, si se lo compara con los registros del año pasado, se dio una mejora de u$s 633 millones en el primer cuatrimestre.

Así surge de un trabajo elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaaraf), que conduce Nadín Argañaraz.

“Al descomponer la variación de la balanza de dólares de la energía se ve que el efecto precio generó la necesidad extra de u$s 72 millones. Los precios internacionales cayeron, generando menos dólares de exportación y menos necesidad de dólares para importación”, sostiene Argañaraz.

Además, explica que “como se perdieron más dólares por menor exportación que por menor importación, se tuvo una necesidad extra de dólares”.

Por otra parte, el relevamiento indica que la mayor exportación física habría generado u$s 167 millones adicionales a igual periodo de 2022. En tanto, la menor importación física habría evitado un uso de dólares por u$s 538 millones. La diferencia positiva es de u$s 705 millones.

“Dado que la balanza comercial completa de bienes y servicios del primer cuatrimestre de 2022 fue de u$s 4310 millones inferior a la de igual período de 2022, el excedente de dólares de la energía evitó que el desequilibrio fuera de u$s 4.950 millones”, finaliza Argañaraz.

En este sentido, y de acuerdo con un trabajo de la consultora Abeceb, el deterioro del saldo comercial en 2023 no será mayor gracias al notable achicamiento del déficit en la balanza comercial energética, que pasaría de un saldo negativo de u$s 4.359 millones en 2022 a un ligero déficit entorno a u$s 1,000 millones en 2023, e incluso se podría dar un virtual equilibrio.

Esto tiene que ver con la suba combinada de las exportaciones energéticas, principalmente de crudo (tras la habilitación del Gasoducto a Chile OTASA) y la caída de las importaciones principalmente de gas traccionada por la merma de los precios internacionales energéticos tras la descompresión de las tensiones por la guerra Rusia Ucrania.

“Esta mejora de la balanza comercial energética se consolidaría aún más a partir de 2024 de la mano del pleno funcionamiento del gasoducto Néstor Kirchner (que tomaría estado operativo a fines de junio de este año) y que habilitará la sustitución de gas importado por producción local”, sostiene Abeceb.

De este modo, a la reversión del efecto sequía (que permitiría un aumento de por lo menos u$s 15.000 millones en las exportaciones agropecuarias el año próximo) se le sumará en 2024 un mayor aporte de divisas del sector energético.

En cuanto a la balanza comercial en general, con el dato de abril el primer cuatrimestre del año cerró con un déficit comercial acumulado de u$s 1.418 millones, cuando el año pasado había mostrado un superávit de u$s 2,840 millones, marcando una reversión de nada menos u$s  42258 millones en la cuenta comercial.

 

Fuente El Cronista