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Revolución de las finanzas: cifras récord en sustentabilidad y bien público en Argentina

El sistema económico actual creó condiciones favorables para el avance de empresas y proyectos de acuerdo con valores de sustentabilidad.

¿Puede una ONG o una fundación obtener cerca de US$ 1.000.000 para su crecimiento en el mercado financiero argentino? Si alguien formulaba esta pregunta hace unos años, pocos se hubieran animado a decir que sí. En 2022, esto sucedió: Sumatoria, una asociación civil que promueve el financiamiento de impacto, obtuvo ofertas por más de $1.400 millones a través de una emisión de una ON3 respaldada por distintos bancos.

El caso, paradigmático, muestra el ímpetu que tomaron las finanzas sostenibles en el último tiempo. Este fenómeno -que significa la incorporación de variables sociales, ambientales y de gobernanza a la decisión de inversión- está generando una incipiente revolución.
A nivel global las finanzas sostenibles crecen de forma acelerada: en 2022 ya se rompió la barrera de los US$ 3,5 billones, según Climate Bond Initiative, y las proyecciones de esa organización dicen que llegará a los US$ 5 billones en 2025.  De esta forma, impactan y reformulan todo el sistema económico y productivo. Los entes reguladores, organismos internacionales, los bancos y los fondos de inversión están adaptando gran parte de su actividad en este sentido, implementando normativa, herramientas, instrumentos que permitan canalizar fondos a los proyectos que contribuyan con el desarrollo sostenible. Todos quieren subirse a la ola.

Esta es una excelente noticia. El sistema económico actual creó condiciones favorables para el avance de empresas y proyectos de acuerdo con valores de sustentabilidad. Esto se da de forma natural: los actores se involucran por sus convicciones y porque ven retribuciones económicas reales. Van otros dos ejemplos para retratar el fenómeno.

Por primera vez, en diciembre, una pyme argentina negoció un instrumento etiquetado como sustentable en el Mercado de Valores: un pagaré “dollar linked” de US$ 400.000 emitido por la bodega mendocina Domaine Bousquet. Y, desde el lado estatal, en noviembre Córdoba fue la primera ciudad en emitir un bono verde en la Argentina por un monto de $2.000 millones a 36 meses de plazo, con el objetivo de realizar obras de infraestructura  en la lucha contra el cambio climático.
Como muestran los casos, en Argentina el proceso de crecimiento de las finanzas sostenibles es incipiente pero se caracteriza por un ecosistema de actores muy comprometidos con esta nueva realidad, diseñando nuevas opciones de acceso a financiamiento para empresas, fundaciones y organizaciones de la sociedad civil.

Prestigiosos premios y reconocimientos de cámaras empresariales; grupos y mesas de trabajo conformadas por entidades y organizaciones comprometidas y cada vez más espacios de formación, impulsan la temática.

Y los números así lo reflejan. Según la Bolsa de Valores local (ByMA), la emisión de bonos sustentables alcanzó en 2022 las 17 colocaciones, un récord para el país, por un total de más de $5.000 millones y US$ 333 millones.
Las organizaciones del sector privado son actores sociales, no solo económicos y, por lo tanto, deben abordar los desafíos y problemas de las comunidades en las que operan. La generación de impacto positivo a través de las actividades e iniciativas en territorio está intrínsecamente relacionada con las propias actividades productivas y comerciales. Si las finanzas, a su vez, internalizan los desafíos y prioridades, tanto sociales como ambientales de los territorios, además de tener características de sostenibilidad, estarán sin dudas orientadas hacia el bien público. Como se establece desde el Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE): “O se contribuye al bien público, o no hay contribución alguna”.

El desafío de movilizar recursos en este sentido continúa vigente, pero se están realizando grandes avances. Las empresas están entendiendo la transformación, y las fundaciones y organizaciones de la sociedad civil, visualizan la oportunidad.

 

Fuente El Economista